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Primeros signos de la enfermedad del hígado graso no alcohólico

Primeros signos de la enfermedad del hígado graso no alcohólico

La enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA) es una afección caracterizada por la acumulación de un exceso de grasa en el hígado, sin relación con el consumo de alcohol. Su prevalencia ha aumentado en los últimos años debido a los cambios en el estilo de vida y la dieta. 

Si no se trata, la EHGNA puede evolucionar a enfermedades hepáticas más graves. En este artículo analizaremos los primeros signos del hígado graso, sus síntomas y las posibles opciones de tratamiento y dieta para controlar la enfermedad.

Tratamiento del hígado graso

En la actualidad, no existe un tratamiento médico específico para la EHGNA. Sin embargo, la gestión de esta afección gira principalmente en torno a cambios en el estilo de vida. La pérdida de peso, el ejercicio y una dieta sana son componentes clave para reducir la acumulación de grasa en el hígado. 

La actividad física regular, incluso algo tan sencillo como caminar, puede mejorar significativamente la salud del hígado. Incorporar ejercicios aeróbicos, entrenamiento de fuerza y ejercicios de flexibilidad a su rutina puede tener efectos positivos sobre el hígado graso.

Dieta para el hígado graso

Una dieta equilibrada es crucial para las personas con hígado graso. Aunque no existe un enfoque único para todos los casos, algunas pautas dietéticas generales pueden ayudar a controlar la enfermedad de forma eficaz. Cabe mencionar que es importante recibir orientación médica personalizada.

  • Reduzca los azúcares añadidos y los carbohidratos refinados: el consumo elevado de azúcar y carbohidratos refinados puede exacerbar el hígado graso. Reduzca al mínimo el consumo de bebidas azucaradas, dulces y alimentos procesados.
  • Haga hincapié en los alimentos integrales: incluya en su dieta abundantes frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras. Estos alimentos ricos en nutrientes aportan vitaminas y minerales esenciales que contribuyen al funcionamiento del hígado.
  • Grasas saludables: opte por las grasas saludables que se encuentran en los aguacates, los frutos secos, las semillas y el aceite de oliva. Evite las grasas trans y saturadas que suelen encontrarse en los alimentos fritos y procesados.
  • Control de las porciones: comer en exceso, incluso alimentos saludables, puede contribuir al aumento de peso. Tenga en cuenta el tamaño de las raciones para mantener un peso saludable.

Síntomas de la enfermedad del hígado graso no alcohólico

En las primeras fases, la EHGNA puede no presentar ningún síntoma perceptible. Sin embargo, a medida que la enfermedad progresa, pueden manifestarse algunos signos comunes:

  • Fatiga: sensación de cansancio excesivo o debilidad sin motivo aparente.
  • Molestias abdominales: dolor leve o molestias en la parte superior derecha del abdomen.
  • Pérdida o aumento de peso inexplicable: cambios repentinos de peso sin cambios en la dieta o el ejercicio.
  • Ictericia: color amarillento de la piel y los ojos debido a una alteración de la función hepática.
  • Hígado agrandado: el médico puede descubrir un agrandamiento del hígado durante un examen físico rutinario.

Hígado no alcohólico

Es importante aclarar que el EHGNA no está causado por el consumo de alcohol. Aunque tanto la enfermedad del hígado graso alcohólico como la no alcohólica implican acumulación de grasa en el hígado, tienen causas y factores de riesgo diferentes. La enfermedad del hígado graso no alcohólico está relacionada principalmente con la obesidad, la resistencia a la insulina, la hiperglucemia y el síndrome metabólico.

¿Qué más podemos hacer para tratar la enfermedad del hígado graso no alcohólico?

Como mencionamos, es vital acudir a un especialista médico. 

  • Controlar los problemas de salud subyacentes: Abordar y controlar las condiciones de salud relacionadas, como la obesidad, la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial y el colesterol alto, puede ayudar a mejorar la EHGNA. El control de estas enfermedades puede reducir la acumulación de grasa en el hígado y prevenir daños hepáticos mayores.
  • Medicación: En algunos casos, los médicos pueden prescribir ciertos medicamentos para ayudar a controlar la EHGNA. Estos pueden incluir:

a. Sensibilizadores a la insulina: medicamentos como la pioglitazona pueden mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir la grasa hepática en algunos individuos.

b. Vitamina E: se ha demostrado que los suplementos de vitamina E mejoran los niveles de enzimas hepáticas en algunos pacientes con EHGNA.

c. Antioxidantes: los suplementos antioxidantes, como la vitamina C y la vitamina E, pueden ayudar a proteger las células hepáticas del daño causado por el estrés oxidativo.

Es esencial recordar que los medicamentos siempre deben ser prescritos y controlados por un profesional sanitario cualificado.

Más formas de tratar el EHGNA

  • Medicamentos para adelgazar: en casos de obesidad grave, puede considerarse la posibilidad de tomar medicamentos para adelgazar o someterse a una cirugía bariátrica que ayude a conseguir una reducción de peso significativa, lo que puede repercutir positivamente en la HGNA.
  • Evitar medicamentos innecesarios: algunos medicamentos, como los corticosteroides y ciertos analgésicos, pueden empeorar la NAFLD. En la medida de lo posible, es mejor evitar o limitar el uso de estos medicamentos, sobre todo sin la supervisión médica adecuada.
  • Seguimiento y control periódicos: las visitas periódicas a un profesional sanitario son cruciales para controlar la evolución de la NAFLD y ajustar los planes de tratamiento según sea necesario.
  • Suplementos para la salud hepática: algunos suplementos naturales, como el cardo mariano, pueden ser beneficiosos para la salud hepática. Sin embargo, su eficacia para tratar la HGNA requiere más investigación, y es importante consultar a un profesional sanitario antes de tomar cualquier suplemento.
  • Participe en ensayos clínicos: los investigadores investigan continuamente nuevos tratamientos para la NAFLD. Participar en ensayos clínicos puede contribuir al avance de los conocimientos y facilitar el acceso a terapias innovadoras.

Conclusión

Reconocer los primeros signos de la enfermedad del hígado graso no alcohólico es crucial para intervenir a tiempo y tratarla eficazmente. Si sospecha que puede tener hígado graso o experimenta alguno de los síntomas mencionados, consulte a un profesional sanitario para obtener un diagnóstico adecuado y orientación personalizada. Recuerde que adoptar un estilo de vida y una dieta saludable puede ayudar mucho a prevenir y tratar el hígado graso, así como a promover la salud y el bienestar general del hígado.

Pío Hernández, redacción
Pasante de contenidos Fundahígado América

Daniela Malavé Montilla, editora
Licenciada en Comunicación Social

Eugenia Jiménez Alvaréz, revisión
Asistente a la coordinación Fundahígado América
Licenciada en Ciencias Biomédicas

Fuentes:

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