La historia de Dianny, una joven de 14 años, representa la lucha de cientos de niños que han sido beneficiados con un trasplante de hígado en Venezuela. Desde muy pequeña, enfrentó una dura batalla por su vida: sufrió cuatro episodios de hemorragias abundantes debido a varices esofágicas, y su hígado, completamente cirrótico, la ponía en riesgo constante. Cada día era una lucha por sobrevivir, y la situación se volvía más desesperante con el paso del tiempo.
Como madre, Daysy Morales sabía que debía hacer algo para mejorar la calidad de vida de su hija. Aunque Dianny nació con esta condición, Daysy tomó una decisión valiente y llena de amor: se ofreció como donante y le entregó un pedazo de su propio hígado. El 15 de mayo de 2010, tras una larga y compleja operación, Dianny recibió el trasplante que le daría una nueva oportunidad de vida. Gracias al apoyo de la Fundación Fundahígado y al sacrificio de su madre, la intervención fue un éxito.
Hoy, Dianny está perfecta. Su recuperación ha sido un testimonio del poder del amor, la ciencia y la esperanza. “Uno nunca puede perder la esperanza”, afirma Daysy, convencida de que su decisión fue la correcta. El pedacito de hígado que le donó su mamá no solo le salvó la vida, sino que le permitió a Dianny seguir creciendo, soñando y viviendo con plenitud.