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Trasplante de hígado, causas y consecuencias

Trasplante de hígado, causas y consecuencias
Al realizar un trasplante de hígado se reemplaza el hígado dañado por uno sano, siendo un procedimiento que conlleva esperanza, riesgos y cuidados a seguir.

Cuando el hígado presenta fallas, el trasplante de hígado se convierte en una alternativa, una esperanza de vida. Se trata de una operación que se lleva a cabo frente a una enfermedad hepática terminal, aunque puede practicarse en casos anormales de insuficiencia repentina de un hígado que se encontraba sano.

El hígado es el órgano de gran tamaño que se encarga, entre otras funciones, de eliminar toxinas, procesar nutrientes, medicinas y hormonas. También ayuda a dirigir las comidas, segrega bilis y produce proteínas que contribuyen en la coagulación de la sangre.

Durante la cirugía, se extirpa el hígado dañado y se reemplaza por otro sano. Este órgano puede provenir de un donante fallecido o se puede colocar una porción de hígado de un donante que se encuentre con vida.

Es importante mencionar que la causa más frecuente del trasplante de hígado es la cirrosis, la cual ocurre cuando se presenta cicatrización en el hígado y afecta las funciones del órgano. Además la cirrosis puede originar una insuficiencia hepática crónica, la cual es una afección que aparece con lentitud.

En este sentido, resulta ser oportuno conocer cuáles son las causas principales que producen cirrosis:

  • Enfermedad del hígado graso (tanto la que es originada por alcohol como la que no).
  • Hepatitis B y C.
  • Tener colangitis esclerosante o atresia biliar.
  • Enfermedades genéticas, entre ellas la hemocromatosis.
  • Ciertos medicamentos como el metotrexato.

Igualmente es necesario saber que tras un trasplante de hígado, la vida del paciente cambia pues pasa a tener una condición de postrasplantado. Por ello los cuidados y las recomendaciones médicas deben mantenerse.

Como se explicó, durante la operación se extrae el hígado dañado y se coloca un hígado (injerto). Tras conectar el injerto al cuerpo del paciente, su sistema inmunológico no lo reconocerá por ser ajeno, entonces responderá atacando el órgano.

Ante esto es importante la ingesta de por vida de inmunosupresores para evitar el rechazo. Cabe mencionar que paulatinamente la dosis va disminuyendo.

Además serán necesarias (por un tiempo) medicinas como antibióticos y antimicrobianos, para prevenir infecciones. Incluso la ingesta de vitaminas y medicamentos para la tensión (por efecto secundario de los inmunosupresores, podría surgir un déficit de vitaminas, anemia e hipertensión).

También la alimentación juega un papel fundamental para evitar infecciones. la preparación de las comidas debe contar con las normas de higiene y cocción adecuada, con el objetivo de eliminar cualquier virus o bacteria que pueda estar presente en los alimentos, siendo oportuno prescindir de las presentaciones crudas.

Diariamente el paciente tiene que realizar un lavado corporal, de manos, cabello y cepillarse los dientes. La higiene cobra significativa importancia, tanto para el paciente como para sus cuidadores, para evitar infecciones.

Cuando la persona es dada de alta, debe estar al pendiente de los siguientes síntomas de alarma, para que se comunique con los médicos tratantes en caso de presentarlos:

  • Fiebre.
  • Ictericia (color amarillento de la piel y mucosas). Cambios en el color de las heces u orina.
  • Cefalea o temblor.

Paralelamente existen una serie de riesgos relacionados con el trasplante hepático. Entre ellos complicaciones de los conductos biliares, sangrado, confusión mental, incluso coágulos sanguíneos y convulsiones.

En este sentido es fundamental que los pacientes con enfermedad hepática terminal que clasifican para un trasplante de hígado, conozcan los aspectos relacionados al procedimiento y que sigan las indicaciones del equipo médico tratante.

Antes de realizar el trasplante, los doctores deben determinar si el paciente califica para el procedimiento. Para ello se suelen practicar diferentes exámenes médicos.

Por otro lado, resulta ser de gran ayuda para el paciente contar con el apoyo de familiares y amigos, así como un acompañamiento psicológico en el proceso del antes, durante y después del trasplante.

Eugenia Jiménez Alvarez, redacción
Asistente a la coordinación Fundahigado América
Licenciada en Ciencias Biomédicas

Daniela Malavé, redacción y edición

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