Cuando se habla del hígado graso se hace referencia a la afección donde el órgano se llena de grasa, de esta enfermedad hay dos tipos que se dividen en el hígado graso no alcohólico y el hígado graso ocasionado por el alcohol, el cual también es llamado esteatosis hepática alcohólica.
Lo que hay que tomar muy en cuenta, es que en ambos casos tiende a no presentar ningún síntoma. Sin embargo, existen tratamientos para ambas afecciones y contrarrestar una posible complicación.
¿Qué es la esteatosis hepática alcohólica?
En este caso, la razón de esta enfermedad se debe al constante consumo de alcohol. Además, puede generar también hepatopatía alcohólica, hepatitis alcohólica y cirrosis. Aunado a ello, también existen otros factores que inciden negativamente en el progreso de dicha afección, como en aquellos que tienen obesidad o en las mujeres.
A pesar de que se trata de una enfermedad silente, puede presentar algunos síntomas que son: pérdida de peso y energía, disminución de apetito; náuseas, dolor de estómago; incluso, pequeños vasos sanguíneos en la piel de color rojo. (Vía Fundahígado América). Con el paso de los días es posible que se presente una retención de líquido en el abdomen y piernas, así como también hematomas y sangrado.
Ahora bien, en cuanto a sus posibles tratamientos, en el caso de la esteatosis hepática alcohólica se debe detener lo más pronto posible el consumo del alcohol. Razón por la que se recomienda la asistencia a una rehabilitación.
Los tratamientos:
El hígado graso no alcohólico, se divide en dos que se entienden como el hígado graso simple y la esteatosis hepática no alcohólica. En todos los casos se recomendará la pérdida de peso, si el causante de la afección es un medicamento se debe suspender la ingesta del mismo, pero para determinar esto primero se debe realizar una visita al doctor. No obstante, no existen fármacos específicos para esta afección.
Ambos tipos de hígado graso, pueden desarrollarse en una cirrosis lo que requerirá de medicamentos, es posible una operación y en el caso de que no retrocede puede tener que realizarse un trasplante de hígado.
La principal recomendación es prevenir estas enfermedades, evitando el consumo de alcohol, hacer ejercicio, comer de manera balanceada lo que involucra disminuir la cantidad de sal y azúcares que se ingiere. El acompañamiento médico será fundamental para la recuperación.