Se trata de aquellos que tengan padecimientos crónicos graves, como la hepatitis B y C, a quienes se les recomienda aumentar sus medidas de precaución en cuanto al contagio y la propagación del coronavirus se refiere.
Aunque, también existe la posibilidad de enfermarse del hígado como consecuencia de haber tenido COVID. Sobre este tema, algunos estudios realizados en pacientes con coronavirus arrojaron que tenían elevados los niveles de enzimas ALT y AST, lo que indica que sus hígados estaban afectados, por lo menos de forma temporal. Aunque aquellos que se vieron fuertemente afectados por el virus que hoy en día azota al mundo, son parecen ser más propensos a padecer daño hepático.
En un estudio realizado en China, donde había una muestra de 1.099 pacientes, se determinó que un 2,1% tenía hepatitis B antes de contraer coronavirus. Mientras que las enzimas ALT aumentaron en un 21,3% y la AST en un 22,2%.
Otro patrón identificado en algunos pacientes hospitalizados por coronavirus, es que los picos de enzimas hepáticas fueron más común en hombres así como también, en casos delicados de COVID.
No obstante, por el momento se desconoce si se trata de una secuela que deja el COVID o si, por el contrario, se debe a otras causas no identificadas. Es por esta razón que se requiere de más investigación para determinar ciertos aspectos ligados al hígado y el coronavirus pues el COVID es, de alguna forma, una enfermedad que aún sigue siendo investigada.
¿Las personas con enfermedades hepáticas se contagian de COVID con facilidad?
Por el momento no se cuenta con suficiente información al respecto, lo que se sabe es que el sistema inmunológico juega un papel fundamental, por lo que se aconseja mantener una buena alimentación, sobre todo si se tiene alguna enfermedad en el hígado, para aumentar las defensas del organismo.
Se le recuerda a aquellos que tienen hepatitis B, hepatitis C, cirrosis, hígado graso u otros padecimientos hepáticos forman parte de la población de riesgo. Al igual que los asmáticos, hipertensos, personas con enfermedades cardiovasculares, diabéticos y adultos mayores. Motivo por el cual, se recomienda continuar con el tratamiento asignado y exponerse lo menos posible reduciendo salidas, además de respetar las normas de bioseguridad establecidas por la OMS.