Este tipo de hepatitis se da por, aparte del consumo excesivo de alcohol o medicamentos, tomar suplementos nutricionales o sustancias químicas nocivas. La hepatitis tóxica tiende a mejorar casi en su totalidad luego de que se paraliza la exposición al químico, sustancia o factor que esté detonando la enfermedad.
No obstante, si la recuperación no sucede de esta forma se debe tener en cuenta que puede ocasionar cirrosis (cicatrización irreversible del tejido hepático, según Mayoclinic). La cirrosis puede terminar en un daño hepático grave, el cual podría requerir de un futuro trasplante de hígado.
Sintomatología:
En caso de tener algunos de estos signos es importante acudir al médico. Cuando la hepatitis tóxica está en sus primeras fases no presenta síntomas, pero cuando hacen acto de presencia pueden ser:
- Fiebre
- Pérdida de peso
- Agotamiento físico
- Picazón y erupciones cutáneas
- Orina oscura
- Náuseas y vómitos
Entre las medicinas que podrían ocasionar una hepatitis tóxica se destaca el Paracetamol, es de suma importancia acudir a emergencias lo más pronto posible en caso de haber consumido una dosis elevada de este fármaco. Ahora bien, en cuanto a las señales que presenta el cuerpo ante una sobredosis de paracetamol están:
- Dolor en la parte alta del abdomen
- Náuseas y vómitos
- Pérdida de apetito
- Coma
Causas de la hepatitis tóxica:
La hepatitis tóxica se presenta cuando el hígado se inflama como consecuencia de una sustancia tóxica presente en el organismo, y aunque el hígado descompone la mayoría de las medicinas cuando es expuesto a una gran cantidad de las mismas, este podría verse afectado. Tomando esto en cuenta, la hepatitis tóxica puede ser ocasionada por:
- Alcohol. Su consumo excesivo y por tiempo prolongado podría producir hepatitis alcohólica, la cual puede provocar insuficiencia hepática.
- Analgésicos de venta libre. El paracetamol, aspirina, ibuprofeno y naproxeno pueden afectar gravemente el hígado.
- Medicamentos recetados. La mezcla de fármacos como la amoxicilina-clavulanato, fenitoína, azatioprina, niacina, ketoconazol, determinados antivirales y esteroides anabólicos. Así como otros medicamentos..
- Hierbas. A pesar de que se recomienda el el aloe vera para muchas otras afecciones o como medicina casera, se encuentra entre las hierbas peligrosas para el hígado, así como la cimifuga, cáscara sagrada, chaparral, consuelda, kava y efedra.
Las maneras más acertadas para prevenir este tipo de hepatitis, es reducir la ingesta de medicamentos, tomarlos de acuerdos a las indicaciones del médico, no mezclarlos con alcohol, ser cuidados a la hora de estar en contacto con hierbas o suplementos (como las vitaminas, mismas que deben ser consumidas de manera responsable).
En caso de enfrentarse a cualquier tipo de enfermedad hepática, la alimentación formará parte clave de la futura recuperación. Aunque esto debe adecuarse a los pacientes, pues el estado nutricional se verá afectado a raíz de la patología.