La operación de trasplante de hígado consiste en la sustitución del propio (dañado), por uno que se encuentre sano, en la mayoría de los casos se trata de un donante que ya falleció. Sin embargo, existen donantes vivos cuando se realiza una donación parcial a un paciente en específico.
El hígado es el encargado de asistir la digestión de alimentos y eliminar toxinas, es por ello que cuando falla de manera irreversible es necesario un trasplante. Aunque los trasplantes solo sucederán en casos donde otros tratamientos no hayan resultado de manera positiva para el paciente.
De hecho, una de las afecciones por las que más se presenta la necesidad de realizarse un trasplante es cuando hay cirrosis. Mientras que, para los niños la razón más común por la que se requiere un trasplante es la atresia biliar, una enfermedad de los conductos biliares.
Ahora bien, una persona que fue trasplantada deberá seguir un régimen de tratamiento por el resto de su vida con la intención de que el organismo no genere rechazo.
¿Cómo es la operación? Cuando se trata de una donación cadavérica, el órgano se transporta en una solución salina que lo conserva hasta por 8 horas. De esta forma, será posible realizar los estudios necesarios para determinar la compatibilidad del donante con el receptor.
Mientras que, para un donante vivo el nuevo hígado se extirpa del donante, valga la redundancia, y este se le coloca al receptor. Posteriormente se conectan los vasos sanguíneos y a las vías biliares, dicha intervención puede tener una duración de hasta 12 horas.
Post-operatorio
Al tratarse de un trasplante, el organismo rechazará el nuevo órgano y es por ello que se receta la ingesta de por vida de inmunosupresores. Aunado a ello, se requerirá de antibióticos y antimicrobianos, para prevenir infecciones.
Por su parte la alimentación también será una pieza indispensable para la recuperación, evitando infecciones u otro tipo de complicaciones. Todas las comidas deben cocinarse bajo un régimen de higiene y cocción muy específicos, así se elimina algún virus o bacteria.
En cuanto al aseo personal del paciente, debe hacerse un lavado corporal, de manos, cabello y cepillarse los dientes diariamente. Luego de darse el alta, se le recomienda a los pacientes estar atentos a cualquiera de los siguientes signos:
- Fiebre
- Ictericia (color amarillento de la piel y mucosas)
- Cambios en el color de las heces u orina
- Cefalea o temblor
Riesgos del trasplante
Como en cualquier intervención quirúrgica, existen una serie de posibles riesgos o complicaciones como lo son: complicaciones de los conductos biliares, sangrado, confusión mental, incluso coágulos sanguíneos y convulsiones.
Es por este motivo que los estudios previos al trasplante son indispensables para el tratamiento, así como la aprobación para dicha intervención por parte de los especialistas. De igual forma, los pacientes deberán conocer a detalle todos los procedimientos e indicaciones a seguir durante el tratamiento.
A lo largo de este procedimiento también se aconseja el acompañamiento psicológico por parte de un profesional, así como el apoyo de familiares y seres queridos.