Algunos fármacos que consumimos pueden ser perjudiciales para la salud y el funcionamiento del hígado. Generalmente, dicho órgano podría presentar problemas por algún fármaco pero no dar señales por medio de síntomas.
Las estatinas son medicamentos que son utilizados para tratar la concentración elevada de colesterol. Estos fármacos pueden aumentar los niveles de enzimas hepáticas y causar daños en el hígado (generalmente menores) pero sin síntomas.
Sin embargo, en algunos casos se pueden seguir prescribiendo estatinas a las personas con enfermedades hepáticas crónicas. Por ejemplo, enfermedad hepática del hígado graso no alcohólica, esteatohepatitis no alcohólica y cirrosis.
Es importante saber que algunos fármacos pueden llegar a dañar el hígado lo suficiente como para causar síntomas. Pueden ser color amarillo de la piel y los ojos (ictericia), dolor abdominal, prurito y tendencia a presentar hematomas y sangrado.
¿Por qué algunos fármacos podrían afectar al hígado?
El hígado ayuda al cuerpo a descomponer ciertos medicamentos. Estos incluyen algunos medicamentos que se compran sin receta o que su proveedor de atención médica le receta. Sin embargo, el proceso es más lento en algunas personas. Esto puede hacer que usted sea más propenso a presentar daño hepático.
Por ejemplo, los analgésicos y los medicamentos para bajar la fiebre que contienen paracetamol (acetaminofeno) son una causa frecuente de daño hepático, sobre todo cuando se consumen en dosis mucho mayores a la dosis recomendada.
Hepatitis tóxica: una enfermedad que puede ser generada por medicamentos
La hepatitis tóxica es una inflamación del hígado como reacción a determinadas sustancias a las que estuviste expuesto. Puede ser provocada por el alcohol, las sustancias químicas, los medicamentos o los suplementos nutricionales.
Esta condición hepática puede no provocar síntomas y detectarse únicamente con análisis de sangre. Cuando aparecen, estos pueden ser algunos de los signos y síntomas de la hepatitis tóxica:
- Color amarillento de la piel y en la parte blanca de los ojos (ictericia)
- Picazón
- Dolor abdominal en la parte superior derecha del abdomen
- Cansancio
- Pérdida de apetito
- Náuseas y vómitos
- Erupción cutánea
- Fiebre
- Pérdida de peso
- Orina de color oscuro o color parecido al té
Los síntomas de la hepatitis tóxica con frecuencia desaparecen cuando se suspende la exposición a la toxina. Sin embargo, puede dañar tu hígado de forma permanente. La producción de cirrosis y en algunos casos insuficiencia hepática son algunas de las posibles consecuencias.