Los síntomas de una enfermedad hepática pueden llegar a ser difíciles de detectar, suele ocurrir que las personas no saben que tienen algún problema en el hígado a menos que se diagnostique algo durante las pruebas realizadas por otro motivo.
Desde un principio es difícil detectar una enfermedad hepática. Según un estudio reciente, entre el 6% y el 7% de la población mundial tiene fibrosis hepática y no lo sabe porque no tienen síntomas de malestar.
Cada cuerpo tiene un funcionamiento diferente, por ende, la velocidad con la que se desarrolla la enfermedad en el hígado es diferente para cada persona. A su vez, también influye nuestra genética.
Cabe destacar que el estilo de vida que llevamos es un punto crucial a tomar en cuenta. ¿Tenemos una alimentación saludable? ¿Tomamos bebidas alcohólicas en exceso? ¿Somos conscientes de la cantidad de medicamentos que ingerimos? Estas son preguntas que debemos hacernos si queremos cuidar nuestro hígado.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas empiezan a aparecer a medida de que el hígado se vuelve más irritado e inflamado. La primera etapa de la enfermedad hepática es la fibrosis, que es el término usado para describir una cicatrización leve en el hígado y se produce cuando el hígado se daña o se inflama repetida o continuamente. Es una condición que puede revertirse si se detecta en las primeras etapas y se toman medidas para evitar daños adicionales.
Si se presentan signos y síntomas de enfermedad hepática, estos pueden incluir los siguientes:
- Color amarillento en la piel y los ojos (ictericia).
- Hinchazón y dolor abdominal.
- Hinchazón en las piernas y en los tobillos.
- Picazón en la piel.
- Orina de color oscuro.
- Color pálido de las heces.
- Fatiga crónica.
- Náuseas o vómitos.
- Pérdida del apetito.
- Tendencia a que aparezcan moretones con facilidad.
Es recomendable consultar a un profesional cuando aparece cualquiera de los síntomas antes mencionados para así tratar la enfermedad a tiempo si es el caso. Busca atención médica inmediata si tienes un dolor abdominal tan intenso que no puedes mantenerte quieto.
Causas de una enfermedad hepática
La insuficiencia hepática puede aparecer como consecuencia de cualquier tipo de trastorno hepático, como la hepatitis vírica (principalmente la hepatitis B o C), la cirrosis y las lesiones producidas en el hígado por el alcohol o por fármacos como el paracetamol (acetaminofeno).
Para que se presente una insuficiencia hepática, debe estar dañada una gran parte del hígado. Además, se puede desarrollar rápidamente, en el transcurso de días o semanas (aguda) o gradualmente durante meses o años (crónica).