El hígado es un órgano que puede presentar complicaciones pero no generar síntomas perceptibles a corto plazo para las personas. Por esto, es importante estar al día con los chequeos médicos pertinentes y los tratamientos posibles para descartar cualquier anomalía.
En el artículo anterior tocamos el tema de las señales más comunes al padecer una enfermedad hepática, y dijimos que descubrir la causa y extensión de un problema en el hígado es importante para indicar un tratamiento.
Ahora, hablaremos acerca de los posibles tratamientos a los síntomas y el proceso de diagnóstico. Es probable que el médico comience con el historial médico y con un examen físico minucioso.
Tratamientos ante las señales de insuficiencia hepática
- Retención de líquidos: una dieta baja en sodio puede ayudar a aliviar la retención leve de líquidos. Para la retención de moderada a severa, su médico puede recetar diuréticos, comúnmente conocidos como «píldoras de agua».
- Los casos graves a menudo requieren paracentesis, usando una aguja para drenar el líquido abdominal, según especialistas.
- Ictericia: Esta condición causa orina más oscura y un tinte amarillento en la piel o en el blanco de los ojos. Según los médicos, la ictericia es un signo grave de insuficiencia hepática. Si padeces de esta enfermedad, tu médico puede evaluarlo para un trasplante de hígado.
- Sangrado: si está vomitando sangre, dirígete a una sala de emergencias de inmediato. Los médicos evaluarán y detendrán el sangrado mediante una endoscopia superior.
- Confusión: Cuando el hígado no puede filtrar las toxinas, estas pueden desviarse al cerebro. El tratamiento estándar es la lactulosa laxante, dicen los especialistas. Se une a las toxinas en el colon y las elimina antes de que entren en el torrente sanguíneo.
Diagnóstico
Descubrir la causa y extensión de la lesión hepática es importante para indicar un tratamiento. Es probable que el médico comience con el historial médico y con un examen físico minucioso. Es posible que el médico recomiende lo siguiente:
- Análisis de sangre: Se puede usar un conjunto de análisis de sangre conocido como análisis de la función hepática para diagnosticar la enfermedad hepática. Se pueden hacer otros análisis de sangre para detectar afecciones genéticas o problemas hepáticos específicos.
- Pruebas por imágenes: Una ecografía, una tomografía computarizada y una resonancia magnética pueden mostrar daño en el hígado.
- Estudio de una muestra de tejido: La extracción de una muestra de tejido (biopsia) del hígado puede ayudar a diagnosticar la enfermedad hepática y a buscar signos de daño hepático. Una biopsia de hígado a menudo se realiza usando una aguja larga que se introduce en la piel para extraer una muestra de tejido que se envía a un laboratorio para su análisis.