Las bebidas con un contenido de azúcar elevado fomentan el desarrollo del hígado graso, además de aumentar la producción de lípidos en el órgano. Por lo general, las personas vinculan el hígado graso únicamente con una dieta llena de grasas, pero en muchos de los casos las bebidas azucaradas son clave para la evolución de esta enfermedad.
Una investigación de la Universidad de Barcelona y del CIBEROBN, determina que la mezcla de una dieta desbalanceada e ingerir constantemente bebidas azucaradas aumenta la cantidad de grasas acumuladas en el hígado. Aunado a ello, pueden presentarse hipertrigliceridemia y riesgo cardiovascular
Existen distintos tipos de edulcorantes, uno de los más empleados es la fructosa. Se trata de un endulzante que se obtiene del jarabe de maíz, y debido a su bajo costo se usa constantemente en bebidas, salsas y alimentos procesados.
También está vinculado con el incremento de la síntesis de ácidos grasos en el hígado.
Riesgo de hipertrigliceridemia
Además de colaborar en el padecimiento del hígado graso, la fructosa tiende a disparar los triglicéridos. Los estudios arrojan que este edulcorante aumenta la expresión de la proteína PNPLA3 (asociada con la hipertrigliceridemia).
La hipertrigliceridemia es el exceso de triglicéridos en la sangre, grasas que no son producto del hígado. De hecho, los factores que aumentan la posibilidad de padecer esta enfermedad son: tener sobrepeso u obesidad (sobre todo abdominal), el tabaco y el alcohol.
¿Qué es el hígado graso no alcohólico?
Es un conjunto de afecciones en las que se presenta excesiva acumulación de grasa dentro de las células del hígado de gente que consume poco o nada de alcohol (Vía SEDCA). Esta enfermedad la padece un 20% de la población mundial.
Es la elevación de las enzimas hepáticas, no obstante, esto podría no ocasionar un daño grave o evidente. Por lo general, pocos pacientes de hígado graso desarrollan esteatohepatitis no alcohólica (inflamación de las células y fibrosis), misma que puede desembocar en una cirrosis.
Por el momento son pocos los estudios que se han dedicado al análisis de estos efectos secundarios generados por las bebidas cuyo contenido es azucarado. Es por ello que los autores concluyen que “Aunque hay mucha más investigación por hacer, las bebidas azucaradas son una fuente de calorías vacías”. Es decir, que al ser consumido de manera irresponsable podría ocasionar estados fisiológicos patológicos.