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Luego del trasplante de hígado: ¿medicamentos?

Luego del trasplante de hígado: ¿medicamentos?
Los doctores Pedro Rivas, Mia Schmiedeskamp-Rahe y David Choi aclaran dudas al respecto.

Al realizar una cirugía de trasplante de hígado , la vida del paciente cambia, debido a que tiene una nueva oportunidad, que viene acompañada de nuevos desafíos. Uno de ellos, viene determinado por los medicamentos que debe tomar para mantener funcionando correctamente el órgano trasplantado.

El siguiente artículo te ayudará a entender más sobre este tema, pues está basado en un conversatorio realizado por el Dr. Pedro Rivas-presidente y fundador de Fundahígado América -, con los especialistas en la materia, los doctores: Mia Schmiedeskamp-Rahe -profesora de asistencia clínica en la Facultad de Farmacia en la Universidad de Illinois Chicago, Estados Unidos – y David Choi -farmacólogo y profesor en la misma universidad -.

La conversación de los tres especialistas de la salud, busca aclarar todas las dudas sobre búsquedas son los medicamentos que se deben suministrar a los pacientes postrasplantados , la justificación de su consumo y duración del tratamiento. Así como las dosis recomendadas y sus efectos secundarios.

Partiendo de la premisa, que las enfermedades hepáticas están caracterizadas por antecedentes de largos tratamientos -que implican el consumo de varios medicamentos- y cuya esperanza de vida en muchos casos es el trasplante. Es importante señalar, que una vez realizada la cirugía, el paciente debe seguir nuevos cuidados: exámenes de control e ingesta de medicamentos.

En este sentido, el Dr. Rivas comenta que en el caso de niños que tienen patologías como la atresia biliar, colangitis y ascitis, o presentan sangrado, deben consumir grandes cantidades de medicamentos por mucho tiempo.

Una vez efectuado el trasplante, tanto el paciente como sus familiares les cuesta entender que pasan de ingerir unos medicamentos a otros nuevos. Incluso pueden llegar a pensar erróneamente, que una vez realizado el trasplante, no ameritará el consumo de más fármacos.

Al respecto el Dr. Choi , aclara que sí se deben tomar medicamentos, entre ellos los inmunosupresores, siendo estos «la manera elegante para llamar a los medicamentos antirrechazo, que el paciente trasplantado debe comenzar a tomar inmediatamente después de la cirugía».

Por lo que continúa diciendo que: “El injerto de la porción de hígado nuevo que se ha colocado al paciente, el cuerpo no lo reconoce como suyo y por tanto lo intenta suprimir; es ahí cuando los inmunosupresores o medicamentos antirrechazo tienen su función, el cual consiste en calmar nuestro sistema de defensa de manera que no intente eliminar el órgano trasplantado ”.

En relación a la duración de la ingesta de los inmunosupresores , el Dr. Choi agregó que estos deben ser tomados «por el resto de la vida del paciente, porque siempre existe la posibilidad de rechazo».

Igualmente indica, que al principio la cantidad del medicamento que tiene que tomar es mayor, pero con el tiempo las cantidades y la dosis se reduce de acuerdo con cada particularidad clínica.

Una vez aclarada la importancia vital que tendrá el consumo de los inmunosupresores, así como también la duración de la ingesta de los mismos, los especialistas se enfocaron en determinar dentro de la gama de estos medicamentos, cuales son los más usados ​​o recomendados.

En este sentido le tocó el turno a la Dra. Schmiedeskamp-Rhae, la cual precisó que los pacientes pediátricos deben comenzar tomando de dos a tres de estos medicamentos y que paulatinamente, de acuerdo a su evolución satisfactoria, solo requieran de uno de ellos, con la administración de una dosis diaria.

Puntualizó, que entre los inmunosupresores imprescindibles para los niños que han sido trasplantados se encuentran el tacrolimus y el micofenolato . Además recetan esteroides como la prednisona.

Inmunosupresores

En relación al medicamento tacrolimus , el Dr. Choi indicó que tiene la bondad de ser fácilmente calculado los niveles en la sangre del paciente. Siendo esto vital, pues debe estar en un punto medio -ni muy alto ni por debajo de cierto rango-; pues de esta manera se obtiene su máxima efectividad.

También agregó que la frecuencia de administración del tacrolimus es de dos veces por día. Además, se indica que al principio del tratamiento, se deben realizar al paciente exámenes de sangre dos veces por semana, para controlar que todo esté funcionando bien.

Por su parte el Dr. Rivas puntualizó, que el tacrolimus es uno de los inmunosupresores más utilizados, la dosis se va disminuyendo poco a poco, de acuerdo con el peso y la capacidad del paciente para metabolizar la medicina.

Igualmente solicitó a los especialistas, que explicarán las diferencias entre los fármacos madres y los genéricos. Por lo que la Dra. Schmiedeskamp-Rhae dijo: “Cuando pienso en algún medicamento trato de hacerlo en función del nombre original”.

“Por ejemplo, tacrolimus es el nombre común de un medicamento muy utilizado, y ese es su nombre original, pero las compañías farmacéuticas pueden que la vendan con otro nombre, como por ejemplo el Prograf”. Es decir, existen versiones genéricas de los medicamentos.

En síntesis, los especialistas concuerdan en que si surgen dudas respecto del nombre por parte de los padres al momento de comprar los medicamentos, lo recomendado es consultar con los farmacéuticos o con los médicos tratantes del paciente.

Efectos secundarios 

Otro punto importante relacionado con estos medicamentos, son los efectos secundarios que pueden causar la ingesta y el nivel de tacrolimus en el torrente sanguíneo. Los cuales van desde temblores llamados tremores y dolores de cabeza.

También pueden variar los niveles de electrolitos en la sangre, por lo que siempre se debe estar en un monitoreo constante, al principio con una regularidad de dos veces por semana, luego una vez a la semana, después de una vez cada dos y así sucesivamente .

Todo esto con el objetivo de evitar daños renales por el uso prolongado del inmunosupresor. Además hay que tomar en cuenta, que existe la posibilidad de desarrollar diabetes e hipertensión, cuando anteriormente no existía.

Otro medicamento muy utilizado en este tipo de tratamientos es el micofenolato, que suele ser administrado dos veces al día, según el peso del paciente. A diferencia del tacrolimus, no se necesita medir su concentración en la sangre.

Dentro de los principales efectos secundarios, se encuentra un malestar estomacal manifestado con náuseas, vómitos y diarrea. Igualmente los pacientes pueden presentar bajones de niveles sanguíneos.

Los doctores también coinciden que los pacientes, una vez trasplantados, deben seguir al pie de la letra las recomendaciones que le son suministradas. Por ejemplo, seguir asistiendo a consulta y realizar los controles establecidos, así como los dos chequeos sanguíneos a la semana, que permiten ver y monitorear los niveles de la concentración del medicamento en la sangre.

También es importante identificar los efectos secundarios y consultarlos con su médico tratante para reducirlos al mínimo.

Los esteroides

Cabe destacar que los esteroides también forman parte de los de medicamentos más empleados, necesarios para administrar a los pacientes trasplantados. Los cuales ayudan a evitar el rechazo del órgano.

Su consumo, sin embargo, tiene efectos secundarios como riesgos potenciales de infecciones, diabetes y presión sanguínea alta.

Igualmente, cuando se está expuesto a dosis altas y durante mucho tiempo de estos medicamentos, se agregan posibles problemas con los huesos y los riesgos asociados de fractura. Además pueden alterar el ritmo de crecimiento oportuno del paciente.

Medicamentos profilácticos

Cabe mencionar que la Dra. Schmiedeskamp-Rhae, también acerca de la importancia igualmente de los medicamentos profilácticos. En este sentido comenta que siempre se utilizan este tipo de remedios tanto en pacientes adultos o niños.

Esto se debe a que al disminuir el sistema inmune del paciente como consecuencias de la administración de los inmunosupresores, quedan vulnerables a varias infecciones al momento del trasplante.

Por lo tanto se deben suministrar antibióticos y antimicóticos intravenosos para prevenir posibles infecciones.

Por ejemplo, las infecciones que se tratan de prevenir del tipo pulmonares, llamadas pulmonías por neumocistitis, tratadas suministrando un llamado Bactrim, por una duración de seis meses a un año.

Otras infecciones a tratar que pueden surgir, son las llamadas citomegalovirus, por lo cual se debe suministrar un medicamento llamado valganciclovir por tres a seis meses.

La Dra. Schmiedeskamp-Rhae detalla que al principio del trasplante, suelen presentar infecciones micóticas en la boca y en la garganta. Para tratarlas se le suministra a los pacientes medicamentos antimicóticos como el fluconazol.

Además puntualiza que estos tratamientos se administran solo por un tiempo: el período de prevención para una infección pulmonar es de seis meses a un año. Para la infección viral, entre tres y seis meses; mientras que para las infecciones micóticas, solo unas semanas.

Hay que tomar en cuenta, que después de un par de años del trasplante, las personas solo deben tomar sus inmunosupresores y tal vez, uno que otro medicamento para aliviar algún síntoma secundario.

Además, los especialistas comentaron que con el tiempo es frecuente que pueda suceder algún episodio de rechazo del órgano trasplantado.

Si se trata de una complicación leve, se puede manejar indicando la administración de dosis bajas de esteroides o un aumento de la dosis del inmunosupresor.

Cuando se presenta caso de rechazo con sintomatología más seria, se le indica al paciente, asistir a la clínica y permanecer en ella, suministrándole dosis más elevadas de esteroides. Siendo estas dosis muy similares a cuando se hizo el trasplante con prednisona -comúnmente administrada de forma intravenosa-. Por lo general se recuperan satisfactoriamente.

El Dr. Rivas indicó que hoy en día la tasa de correcciones de rechazo es muy alta y exitosa, porque cuentan con excelentes medicamentos y herramientas para proteger al hígado. De esta manera se puede estabilizar al paciente y garantizarle una mejor calidad de vida.

Daniela Malave
Writing – Fundahígado Communications Coordination

Daniela Malavé Redacción
Coordinación Comunicaciones Fundahígado

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