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Hígado inflamado, causas y consecuencias

Hígado inflamado, causas y consecuencias
Aprende sobre el hígado inflamado y su relación con la enfermedad del hígado graso.

Cuando se produce una inflamación en el hígado por presentarse hígado graso, se le denomina esteatohepatitis. Como consecuencia de la inflamación es posible que surjan cicatrices en este órgano, lo cual se conoce como fibrosis.

Al mismo tiempo, la fibrosis puede desencadenar en cirrosis, es decir, se presenta cicatrización en el hígado que afecta las funciones del órgano porque se produce una deformación en la estructura del mismo, debido a que el tejido hepático es reemplazado por uno cicatricial no funcional.

La cirrosis puede ocasionar insuficiencia hepática, en este caso el médico tratante podría indicarle un trasplante de hepático. Además, la cirrosis en etapa avanzada puede provocar:

  • Hipertensión portal, es decir, en la vena porta se presenta presión arterial elevada.
  • Hipertensión portopulmonar, consiste en hipertensión arterial en las arterias pulmonares producto de la hipertensión portal.
  • Ascitis, se refiere a la retención de líquido en el abdomen como consecuencia de la deformación de la función hepática y la hipertensión portal.
  • Irregularidades de la coagulación.
  • Insuficiencia renal.
  • Infecciones.
  • Puede ocurrir una deficiente absorción de grasas que repercute en que las vitaminas solubles en la grasa no se absorban de la manera adecuada. Esto puede desencadenar en osteoporosis (por la mala absorción de la vitamina D) y sangrado (por la absorción deficiente de la vitamina K).
  • Se deteriora la funcionalidad cerebral.
  • Cáncer de hígado.

Hígado graso

Como mencionamos, la enfermedad del hígado graso origina la inflamación en el hígado. En este sentido es oportuno conocer qué es el hígado graso: se trata de una afección que repercute en la acumulación de grandes cantidades de grasa en el hígado.

Enfermedad del hígado graso por alcohol

Ocurre por un consumo excesivo de alcohol y recibe el nombre de esteatosis hepática alcohólica. Puede ocasionar otras enfermedades: hepatopatía alcohólica, hepatitis alcohólica y, la ya mencionada, cirrosis.

En este sentido, la ingesta elevada de alcohol durante un período de tiempo prolongado, aumenta la probabilidad de desarrollar una inflamación en el hígado. Además este riesgo se eleva si la persona es mujer, si tiene obesidad; incluso se incrementa en aquellas personas con determinadas mutaciones genéticas.

El hígado graso por alcohol suele no tener síntomas, en caso de presentarse la persona podría tener náuseas, dolor de estómago, pérdida de peso y energía, al igual que disminución de apetito. También vasos sanguíneos en la piel similares a la forma de una araña.

Más adelante puede ocurrir acumulación de líquido en abdomen y piernas; sangrado y hematomas. Incluso las palmas de las manos podrían tornarse rojizas. En el caso particular de los hombres, podría ocurrir inflamación en los pechos y encogimiento de los testículos.

Enfermedad del hígado graso no alcohólico

Como lo indica su nombre, se trata de la enfermedad del hígado graso que no está relacionada con beber alcohol, a su vez se clasifica en dos tipos. Uno de ellos es el hígado graso simple, ocurre cuando aunque haya grasa en el hígado, la inflamación es reducida (incluso puede que no ocurra inflamación).

El segundo es la esteatosis hepática no alcohólica, donde sí hay inflamación y daño celular en el hígado; también se presenta grasa y puede desencadenar en cirrosis o cáncer de hígado.

La enfermedad del hígado graso no alcohólico tampoco suele tener sintomatología, en caso de haber, podría ser cansancio o molestia abdominal (específicamente en la parte superior derecha).

Los expertos aún desconocen la causa de esta enfermedad, aún así se conoce que afecta con más frecuencia a los individuos que padecen prediabetes, diabetes tipo 2, síndrome de ovario poliquístico y obesidad.

También ocurre con mayor frecuencia en quienes tienen niveles elevados de triglicéridos; hipotiroidismo e hipopituitarismo. Así como síndrome metabólico, niveles elevados de colesterol y apnea del sueño (la respiración se detiene y vuelve a iniciar).

Prevención

Existen diversas acciones que se pueden tomar para disminuir el riesgo de padecer ambos tipos de la enfermedad hígado graso y con ello prevenir que se presente inflamación en el hígado. Por ejemplo: llevar un estilo de vida saludable, tener una alimentación sana y balanceada, limitando el consumo de azúcar, sal y bebidas alcohólicas. Paralelamente realizar actividad física.

Eugenia Jiménez Alvarez, revisión
Asistente a la coordinación Fundahigado América
Licenciada en Ciencias Biomédicas

Daniela Malavé, redacción

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