El hígado es un órgano vital para los procesos del cuerpo que puede verse afectado por una mala alimentación. Es común ver que una de las primeras recomendaciones que se realizan para cuidar de este órgano es reducir el consumo de alcohol, pero también hay otros alimentos que dañan el hígado y se encuentran a fácil alcance la mayor parte del tiempo; por lo tanto, las personas suelen consumirlos sin pensar en sus consecuencias.
El llevar una dieta desordenada hace más propensa a la población de padecer de enfermedades como la enfermedad el hígado graso, e incluso condiciones crónicas como la cirrosis hepática.
Estos problemas alimenticios, cuando se combinan con otras condiciones preexistentes como la obesidad, la diabetes, el colesterol o triglicéridos altos, el síndrome metabólico, entre otros, generan un incremento en los depósitos de grasa en el hígado, lo que dificulta sus funciones. En ocaciones, este exceso de grasa puede ser tóxico para las células hepáticas, lo cual genera cicatrices e inflamación en el hígado.
¿Cuáles son los alimentos que dañan el hígado?
Varios de los alimentos listados a continuación pueden ser consumidos en cantidades moderadas por personas con una salud óptima, que lleven una dieta saludable la mayor parte del tiempo. Sin embargo, si se padece de las condiciones mencionadas anteriormente u otras que puedan afectar el hígado, se debe consultar con un médico especialista para asegurarse de seguir un régimen alimentario que no empeore estas.
Azúcar refinada
Dulces, galletas, pasteles, entre otros postres suelen incluir azúcar como su ingrediente principal, pero también hay otros alimentos altos en azúcares refinadas que pueden pasar desapercibidos.
El azúcar suele estar presente en muchos productos alimenticios procesados que, aunque puedan ser considerados saludables, son perjudiciales si se consumen en exceso. Jugos de frutas, salsas preparadas, sodas, entre otros alimentos pueden contener azúcares que dañen el hígado.
Los altos niveles de azúcar en la sangre contribuyen a la acumulación de grasa en el hígado. Las frutas completas suelen ser las mejores opciones para sustituir estos alimentos, así como las salsa y postres hechos en casa, ya que se puede medir la cantidad de azúcar que se les añade y se pueden hacer sustituciones según sea necesario.
Frituras
Los alimentos fritos suelen ser perjudiciales para la salud en general porque contienen una cantidad excesiva de calorías provenientes de grasas no saludables que se almacenan en el cuerpo.
Esto se debe a que las grasas saturadas o trans son más difíciles de procesar, lo que hace que se acumulen en el hígado. Como resultado, el hígado se puede inflamar, incrementando el riesgo de padecer cirrosis con el tiempo.
Por otra parte, las personas que consumen regularmente grasas saturadas en exceso son más propensas a desarrollar enfermedades del hígado graso ya que las grasas saturadas incrementan los niveles de colesterol en la sangre.
Sodio
El sodio es el principal componente de la sal y es un ingrediente que está presente en, al menos, un 90% de las comidas que se consumen a nivel mundial. El sodio se encuentra particularmente en alimentos procesados y fácilmente se puede sobrepasar el límite saludable de consumo diario con algunos ítems preparados y caseros.
El límite diario de sodio que se considera ideal es de 1.500 miligramos por día. Demasiado sodio en el cuerpo hace que este retenga líquidos, lo cual es perjudicial para los procesos de eliminación de toxinas.
Harina de trigo procesada
Otro alimento común en muchas preparaciones y comidas procesadas y caseras es la harina de trigo refinada. Con esta se realizan pastas, panes, panqués, pasteles, galletas e incluso se le agrega a salsas como espesante, por lo que es bastante común y fácil consumirla en exceso.
La harina de trigo refinada y las preparaciones que se realizan con ella suelen ser alimentos que dañan el hígado ya que, una vez son procesados por el cuerpo, se convierten en azúcar, lo que incrementa los niveles de azúcar en la sangre.
En muchas ocasiones, este exceso de azúcares permanece en el cuerpo como reservas de energía, que, si no se queman con ejercicio u otros procesos del cuerpo, como la digestión, se vuelven perjudiciales.
Por otra parte, estos alimentos contienen muy poca cantidad de fibra, que ayuda a generar un sentimiento de saciedad y es un componente complejo que el cuerpo procesa más lento.
Carnes rojas, carnes frías y embutidos
Si bien se trata de buenas fuentes de proteína, las carnes frías, rojas y embutidos son alimentos altos en grasas saturadas, condimentos y sodio que pueden ser dañinos para el hígado, de ser consumidos en exceso.
Esto se debe a que el hígado descompone y procesa la proteína mucho más lento que otros componentes, por lo que, si además se le agregan grasas saturadas y altas cantidades de sodio, el hígado no puede seguir funcionando regularmente.
Dependiendo del corte y la preparación, estos alimentos pueden ser o no perjudiciales para la salud, por lo tanto, la recomendación general es limitar su consumo y evaluar si se presenta fatiga, dolores de estómago u otros síntomas cuando se ingieren.
Estos son solo algunos de los alimentos que dañan el hígado cuando son consumidos en grandes cantidades por periodos de tiempo muy largos. No obstante, si se trata de una persona sana, una dieta saludable no debería significar la eliminación de ciertos alimentos, sino la reconsideración de sus porciones según lo que sea más adecuado para su cuerpo.