Por lo general los quistes hepáticos no generan ningún tipo de signos, razón por la que tienden a ser diagnosticados en alguna exploración del hígado indicada por otro motivo. Los quistes son lesiones cuyo contenido es líquido, y se denominan hepáticos cuando se alojan en la zona del hígado.
Comúnmente los quistes hepáticos se encuentran gracias a una ecografía o un TAC, es allí donde se procede a establecer qué tipo de quiste es. En primer lugar se encuentran los quistes simples.
Los quistes simples son de carácter benigno, con paredes finas y de tamaños variables. A su vez, son más comunes en las mujeres y no presentan ningún síntoma. Además, en la mayoría de los casos no se requiere de ningún tratamiento. Sin embargo, existe la posibilidad de que sean de gran tamaño, superando los 5 cm, así como más pequeños pero en grandes cantidades. En este tipo de casos, pueden ocasionar síntomas como molestias abdominales y sensación de saciedad.
En ocasiones sucede que hay múltiples quistes hepáticos, lo que se traduce en la enfermedad poliquística del hígado, misma que se caracteriza precisamente por el descubrimiento de más de cuatro quistes en el hígado. No obstante, esta es una condición hereditaria e infrecuente.
De igual forma existen los quistes ocasionados por parásitos (Echinococcus granulosus), es allí donde se nombran como quistes hidatídicos. Coloquialmente hablando, son conocidos como «quistes perrunos». Por lo general son diagnosticados por casualidad, ya que no generan mayores inconvenientes; en caso de estar calcificados no será necesario un tratamiento, de lo contrario podría recetarse algún medicamento que ayude a combatir el parásito.
En ocasiones pueden darse formaciones similares a las quísticas, para estos pacientes es probable que se le soliciten distintos estudios para descartar y garantizar el diagnóstico. Algunas de las posibilidades que se pueden dar son: abscesos, neoplasias, cistoadenomas, etc.
Ahora bien, existe la posibilidad de que evolucione en una dirección negativa pues los cistoadenomas, son tumores quísticos benignos del hígado, los cuales pueden convertirse en malignos, por lo que se suele indicar tratamiento quirúrgico. (Vía Scielo).
Tratamiento para quistes hepáticos
A pesar de que los quistes más comunes son de tipo simple, tamaño pequeño y no requiere tratamiento, también existe la posibilidad de que el caso lo amerite. En ocasiones el especialista solicitará un examen de seguimiento, para verificar que siguen en el mismo estado.
Ahora bien, en cuanto a algunas cirugías es raro que esto sea necesario en los quistes hepáticos aunque también puede pasar, sobre todo si se trata de algunos de mayor diámetro y generar alguna complicación. Los tipos de intervenciones varían de acuerdo al caso, y lo que requiera el paciente.