Dianny ya había tenido cuatro episodios de hemorragia abundante, podía haber muerto de sangrado en las varices esofágicas o debido a su hígado, que era completamente cirrótico.

Lo mejor que podía hacer como madre, que le di la vida, era mejorar la suya. Si bien, ella nació con su problema, yo como madre pude darle un pedazo de mi hígado y ahora está perfecta.

Invito a todos los que pueden ser donantes a no tener miedo.

Al principio, antes de la cirugía, tenía mucho miedo a pesar de que había leído mucho al respecto. Para mí es una gran emoción dar vida a otra vida.

Siempre tuve miedo del trasplante, no sabía cómo respondería o qué iba a suceder. Pero después de la cirugía, me sentí mucho mejor y siempre me he sentido normal. Desde entonces, no he tenido ningún problema.